Días difíciles
- Angie Natalia Arias A.
- 23 may 2016
- 3 Min. de lectura
Se fueron de Ocaña a Convención en busca de un futuro mejor. Mi abuelo Jesús, su esposa Virginia y sus 10 hijos vivieron allí por un año, nada salió bien pues por ahí estaba la guerrilla y por el miedo se devolvieron a Ocaña. En Ocaña todo seguía igual, nada producía, no podían vivir así, tenían que irse nuevamente de allí. Decidieron que irían a Bucaramanga, exactamente al Km 9, vía a Pamplona.
Vivieron ahí 9 años pero las cosas con el patrón no funcionaron y se tuvieron que ir nuevamente. Parecía que nada les iba a salir bien. Partieron hacia el Km 8 y vivieron dos años pero no funcionó. Desafortunadamente les tocó también salir de ahí y terminaron en Santa Inés, un barrio en Floridablanca que queda más arriba de El Reposo. Allí por fin se establecieron y funcionaron las cosas.
Pero no fue sencillo.
Cuando salieron de Convención, toda la familia empezó a trabajar cultivando café. Les iba bien, pero la guerrilla se aparecía mucho por esas partes. En ocasiones pasaba el ejército por la finca preguntando si había presencia guerrillera en la zona. Los guerrilleros les habían advertido que dijeran que sí, pero que cambiaran su ubicación. El jefe de la guerrilla se hacía llamar Iván, la novia tenía 15 años y era también guerrillera. Ellos les pedían a los patrones de las fincas una cuota monetaria supuestamente para protegerlos. Ellos andaban por la vereda con mucha confianza. De un momento a otro aparecían y pedían que les hicieran comida y a los dueños les tocaba complacerlos. La esposa de mi abuelo al ver esta situación sintió temor de que a sus hijo los reclutaran y decidieron marcharse nuevamente para Ocaña.
Al devolverse, la situación económica se tornó muy crítica y les tocó marcharse nuevamente, pero esta vez su destino fue Bucaramanga.
A Bucaramanga llegaron al Km 9, vía a Pamplona, a una finca retirada de la carretera central, en una casa roja donde vivieron 9 años. Un día, mi abuelo iba a hacer mercado y se encontró en el camino con dos muertos junto a una camioneta, pero él los ignoró y siguió su recorrido. De regreso, la policía estaba en el lugar y al verlo pasar le hicieron unas cuantas preguntas, las cuales mi abuelo solo respondió: No sé, yo no vi ningún muerto, solo una camioneta.
Días después se enteró que los muertos eran el conductor y el acompañante que viajaban en esa camioneta. Al pasar los años no les iba tan bien con los cultivos y por ese motivo se fueron de allí.
Llegaron al Km 8, esta vez no fueron tan lejos. Les iba un poco mejor pero no les alcanzaba, pues la cosecha no era muy buena y el patrón exigía más. Iban dos años así y ni el patrón ni mi abuelo podían seguir con esa situación. Mi abuelo tomó la decisión de irse y entregar la finca, el patrón no estaba de acuerdo y hubi una pequeña discusión antes de partir.
Pero se fueron.
Del Km 8 llegaron a Santa Inés a vivir en la casa de una hija. La casa era de dos pisos, algo grande. Cuando llegaron ella les dijo que tomaran el primer piso, que ya eran dueños de esa parte. Los primeros meses fueron difíciles pero con el tiempo las situaciones cambiaron y empezaron a prosperar. Desde entonces, mi abuelo y mi abuela vivieron ahí juntos, hasta hace unos 5 años que murió mi abuela.
Desde entonces, mi abuelo no ha dejado de madrugar ni un solo domingo para ir a visitar a su adorada esposa, con quien compartió malos y buenos mo
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