La subida al metrolínea

Al estar en la estación esperando el Metrolínea pienso en cuanto se va a demorar en llegar por lo que algunas veces necesito llegar temprano por que tengo que irme. La mayoría de veces tengo partidos y tengo que ser puntual. Al verlo que ya viene saco la tarjeta para prepararme para subirme.

Al estar entrando al Metrolínea lo primero que uno busca es un puesto en el cual poder sentarse o estar cómodo. Casi siempre trato de sentarme en las partes de atrás, aunque siempre estoy pendiente para poder dar el puesto al que lo necesite. Uno tiene que cuidar mucho su bolso o las prendas o las joyas o demás objetos personales que lleve porque algunas personas aprovechan los tumultos que se forman dentro de los buses articulados para robar. El trato que les dan a los usuarios del sistema no es muy digno por todo lo que pasa, principalmente por esos tumultos y por las dificultades para subirse o bajarse de las estaciones.

Al estar dentro de la estación luego de haber terminado de usar el servicio uno escucha a la mayor parte de la gente quejándose de lo mucho que se demora el recorrido, de los problemas del tráfico, de las obras sin concluir, de las rutas de buses que quitaron, etc.

Además de estas críticas que dan los usuarios del Metrolínea, hay otras. He preguntado a algunos usuarios su opinión y me dicen que tienen que arreglar algunos buses pues se acumula mucho el calor, principalmente en la parte de atrás a causa de la ubicación del motor, y por las enormes cantidades de gente que suben sin tener en cuenta el límite de capacidad.

La mayoría de usuarios no está conforme con este sistema de transporte.