Mi viaje a Zipaquirá

El día 6 de diciembre se programó un viaje a la ciudad de Zipaquirá para conocer la catedral de sal considerada como la “primer maravilla del país”. Un viaje poco organizado, porque todo se planeó a ultima hora, pero considerando que así son los mejores viajes que pueden resultar.

Al viaje fuimos cuatro personas: Wilson (mi papá), Isaac (mi hermano), Narlys (esposa de mi papá) y yo, invitados por mi padre que nos dijo que nos llevaría a conocer un patrimonio histórico, cultural y religioso.

Partimos desde la ciudad de Bucaramanga a las 4:00 a.m. proyectando como hora de llegada a las 10:00 a.m. encontrándonos en la carretera muchos animales como iguanas, serpientes, vacas, etc., También veíamos el hermoso paisaje que había en el transcurso del viaje con mucha vegetación. Paramos a desayunar en el restaurante “Chiflas” y luego llegamos al sitio ubicado en Aratoca, Santander. Yo ordene unos huevos pericos con jugo de naranja que estaban deliciosos. Cuando estábamos pasando por el municipio de Barbosa, una fuerte neblina no dejaba transitar por las carreteras de Santander, pues la neblina era demasiado espesa y no daba visibilidad para transitar.

Al llegar a nuestro destino, decidimos ir a la catedral de sal ubicada en Zipaquirá, área metropolitana de Bogotá, en el departamento de Cundinamarca, Colombia. Se trata de un sitio turístico, es mas como un museo que como un verdadero templo. El diseño arquitectónico y artístico de la nueva catedral de sal, es propio del arquitecto bogotano Roswell Garavito.

En su interior se encuentra una rica colección artística, especialmente de esculturas de sal y mármol en un ambiente lleno de un profundo sentido religioso que atrae turistas.

Cuando entramos había mucha gente, por ello nos dividieron en grupos de 20 personas que vamos recorriendo un camino hermoso formado por una piedra resbalosa, cada grupo tenia un guía que nos ayudaba a no perdernos en la cueva. El camino esta conformado por estaciones que representan la muerte de Jesús en la cruz por nosotros. Cada vez que vas bajando te vas quedando sin respiración puesto que algunas personas que sufrían de respiración tenia que cuidarse demasiado. Al bajar más encontramos estatuas de ángeles geniales talladas en 1950 por el escultor italiano Ludovico Consorte que las hizo con la misma roca de la cueva. Al final hay acceso a tres caminos que representan el nacimiento, el bautismo y la de la vida y la muerte. Al bajar vimos una hermosa capilla con todas las vírgenes a su alrededor, también observamos la cruz mas grande que he visto en mi vida, la enorme cruz del nártex con unos 16 metros de altura tallada sobre la roca.

Ha sido uno de los mejores viajes de mi vida, la pase súper bien y con las personas indicadas para el viaje y como todo quedé con muchas ganas de volver.